Review del teclado Redragon Kumara K552: ¿el mejor para programadores?
Si hay algo que no podemos cuestionar como programadores, es que nuestro periférico más importante y favorito es el teclado. Con él escribimos el código que paga nuestras cuentas a final de mes, por lo que es preciso saber cuál elegir al momento de adquirir uno, y en este artículo traigo una review sobre la mejor opción calidad-precio que conozco de primera mano: el Redragon Kumara K552.
Minimalista, sólido y TKL
Creo que hay más elegancia en la mínima expresión de las cosas, y este teclado es especialmente cumplidor con este requisito. Viene en dos colores: blanco y negro sin más. No busca romper esquemas sino integrarse por completo en tu setup. Toda la estructura está hecha de plástico reforzado con acero, lo que le da peso, robustez y sensación de calidad. Además, es de tamaño compacto gracias a la ausencia del pad numérico (de ahí lo de TKL, tenkeyless), lo que otorga un mayor espacio sobre el escritorio para otros periféricos, como el mouse, y facilita su recolocación.
Una escritura rápida y precisa gracias a sus switches mecánicos
Antaño se creía que tener teclados mecánicos era un capricho, pero el avance de la tecnología en materia de periféricos nos demostró que no solo son superiores a los teclados de membrana, sino que son mejor alternativa para los usuarios más intensos. Los switches mecánicos brindan un mejor feedback por cada tecla individual, son más duraderos y tienen un tiempo de respuesta más corto.
En consecuencia, programar en el Redragon Kumara K552 es un placer en todo sentido. Sus switches son ruidosos a propósito, por lo que funciona como ASMR para cualquier desarrollador, aparte de que registran la pulsación a la mitad de su recorrido. Además, si en algún caso alguno llegara a fallar, puedes reemplazarlo sin tener que desmontar el teclado entero, lo que es un plus importante a la hora de ahorrar tiempo en reparaciones.
Una retroiluminación más que correcta en la versión negra
Existen dos modelos de este teclado: el RGB y el Rainbow. En el RGB, cada tecla es personalizable a través del software de Redragon, lo que da lugar a patrones de retroiluminación más personalizables. En el Rainbow, en cambio, cada fila de teclas es un color invariable, y solo podemos cambiar el comportamiento de las mismas a través de presets integrados que se controlan con combinaciones de teclas.
En el teclado blanco, la retroiluminación se refleja en la base, lo que reduce el contraste y la legibilidad de los keycaps. En la versión negra, sin embargo, este inconveniente desaparece por completo, convirtiéndose en una opción más cómoda especialmente para jornadas de trabajo nocturnas.
Excelente relación calidad-precio para los más exigentes
Lo mejor de este teclado es, sin duda, su relación costo-beneficio. El Redragon Kumara K552 es el ejemplo perfecto de cómo se pueden llegar a fabricar periféricos de excelente calidad a un precio más que asequible para el público. Ahora mismo, su precio ronda los cuarenta dólares americanos ($40), un precio más que correcto para quien desee probar un teclado cumplidor, robusto, duradero y especialmente placentero a la hora de escribir.
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